miércoles, 28 de septiembre de 2011

Los homófobos no tienen derecho a masturbarse


Soy heterosexual por inclinación o tal vez por presión ambiental, tanto da; no tengo motivos para avergonzarme ni para enorgullecerme de ello. Simplemente cierto día al ver a una mujer tuve la certeza y basta. Si hubiera podido elegir habría optado por la bisexualidad, aunque solo fuera porque de ese modo tenía  el doble de posibilidades de ligar que los demás. Debe ser reconfortante pasar a una discoteca y saber que desde las gogóos hasta el diyei,  el cien por cien de los allí presentes son carne de cañón para una noche loca.
Reconozco, por eso mismo, que siempre me han molestado quienes se atreven a juzgar con tanta severidad a sus semejantes por cosas que no han elegido. Recuerdo cierto día a un curtido bocarán, peludo y maloliente, que vociferaba en medio de un coro de serviles admiradores lo macho que era, despreciando con gestos airados a los que llamaba “maricones”.
–Si a mí se me acerca un julandrón de una hostia le arranco la cabeza   –clamaba sacando pecho ante las risas infames de su cohorte.
Tanto me molestaron aquellas manifestaciones de rancia homofobia que decidí dirigir una pregunta a aquel fanfarrón de mente obtusa al que conocía desde hacía tiempo.
–Perdona, por lo que oigo tú eres más hombre que nadie.
–¿Es que lo dudas? Pertenezco a una especie en extinción. Ya no hay tíos como los de antes. ¡No hay más que maricones! Así que por mí que se vayan todos a tomar por culo.
Y de pronto comenzó a brotar de aquel caparazón hueco que tenía por cabeza una risa histérica en medio de enormes aspavientos, orgulloso del enorme ingenio que para él suponía su última frase.
Momento que aproveché para iniciar, como un taimado trilero, una perversa retórica de provocación.
–Entonces, ¿supongo que te dará asco tocar el miembro viril de un hombre?
Al oír aquella pregunta inesperada empezó a removerse de nuevo, pero esta vez como un herido puercoespín, haciendo gestos y sonidos desagradables con los labios, como si fuera a desguazarse. Había escandalizado su honor de corzo ibérico. “Uahhhhgrrrr” “Uahhhhgrrrr” gruñía con asco, como si la imagen del pene de otro hombre en su mano se le hubiera instalado  en la imaginación cual parásito visual y tuviera que arrojarla del cuerpo a manotazos.
 –¿Pero cómo  te atreves?, ¿qué te has creído, que yo soy un repugnante chupapollas?
–No me valen tus palabras –contesté con tranquilidad– ¿No me digas que no te has tocado nunca el pene?
Estupefacto por la pregunta, no lograba adivinar mis oscuros propósitos. Pero no pudo evitar sonrojarse y  enfurecerse. Con toda evidencia ese individuo era, como mínimo, de masturbación  diaria.
– ¡Pero qué cojones tendrá que ver!, ¡¡No me jodas!!                 –protestaba– ¡¡No es igual, no es lo mismo!!¡Eso que dices es una gilipollez!
–Pero el pene de un macho es el pene de un macho –le objeté yo con no disimulada malicia–. Lo único que cambia es la titularidad del pirulí. ¿Qué pensarías de alguien que presume de sentir repugnancia por la coliflor y luego se las come con fruición, de dos en dos, cuando las produce en su huerto?
Por su mirada confusa, sé que percibía que de algún modo le estaba tomando el pelo pero no acertaba e encontrar el fallo, si es que lo había, en mi razonamiento.
– ¡No me vas a liar con ese rollo filosófico!, ¿o es que me estás llamando maricón en mi cara?
– Solo te lo digo para que tengas cuidado; quien juega con el manubrio de un hombre una y otra vez, aunque sea él mismo, está a dos pasos de jugar con el manubrio ajeno.
Los ojos se le inyectaron en sangre, estaba al borde de perder el control. Aunque lo conocía de toda la vida un mínimo sentido de la prudencia me indicaba que la situación empezaba a ser comprometida. Tenía que lanzar el último petardo a la hoguera y marcharme.
– ¡Tú te estás quedando conmigo! ¿Me quieres decir de una puta vez lo que piensas de mí?
–Te lo diré si no te ofendes.
– ¡Escupe!
 –Opino que puesto que te gusta tu pene, es decir el pene de un macho, eres  un típico homosexual narcisista. Vamos, gay y egocéntrico al mismo tiempo, con escrúpulos sociales, un gay tímido si quieres, que se abstiene de disfrutar del pene ajeno porque tiene bastante con el suyo. Pero no te critico. En ser homosexual no hay nada malo.
Si no saltó sobre mí en aquél instante fue porque a la ira se le unió un desconcierto paralizante, y porque los espectadores lograron contener a duras penas las carcajadas. Si mi cálculo era correcto el orgullo de aquel cantamañanas había llegado al límite de su resistencia.
Así que salí de aquel homófobo avispero como alma que se lleva el diablo, seguramente hacia Chueca.
                                


Nota: Reclamo transigencia también para quienes, como yo, sentimos cierto escrúpulo, cada vez menor, al contemplar las prácticas homosexuales, debido a los prejuicios adquiridos en la infancia. Lo que nos diferencia de los homófobos es que entendemos que somos los portadores del prejuicio quienes debemos cambiar nuestra actitud y no el homosexual su práctica.



viernes, 23 de septiembre de 2011

DISPOSITIVOS SEDANTES. UNA PROPUESTA PARA REDUCIR EL NÚMERO DE MUJERES ASESINADAS

El asesinato ayer en la Comunidad Valenciana de una mujer a manos de su expareja, tras haber violado la orden de alejamiento impuesta por el juez a su asesino; y la infructuosa labor de la policía para proteger a la fallecida, a pesar incluso de contar con un teléfono de asistencia rápida, pone de manifiesto una vez más la incapacidad de la sociedad para erradicar, incluso limitar las cifras de feminicidio en nuestro país.
Nada perderé, por tanto, lanzando al debate público una propuesta, aunque pueda resultar polémica, para incrementar la protección de las mujeres en los casos extremos de violencia doméstica.
Si las siguientes premisas son ciertas, y por desgracia lo son, la que propondré me parece una conclusión razonable:
1.               El Estado es incapaz de proteger a un elevado número mujeres de la violencia machista, y más concretamente de su asesinato (ejecutado con altas dosis de saña y crueldad). Las cifras son elocuentes: 68 mujeres asesinadas en 2009; 85 en el 2010 y ya van 48 en 2011.
2.                 El 90% de estos crímenes se realizan en un cuerpo a cuerpo, con arma blanca, principalmente cuchillos; además de hachas, objetos contundentes y estrangulamientos. Tan solo en cinco de los 48 feminicidios se utilizó un arma de fuego.  Cabe suponer, por tanto, que en la mayoría de los casos una acción a distancia hubiera resultado útil para repeler el ataque.
3.               Puede ser inviable económicamente dotar de guardaespaldas personales a todas las mujeres amenazadas durante las 24 horas del día, dado su elevado número y el impacto que tendría sobre su vida cotidiana.
Conclusión: El Estado tiene el deber de armar a las mujeres amenazadas, si estas lo solicitan, bajo la autorización y tutela de un juez. El juez verificaría, previo informe de una comisión de evaluación, la credibilidad de las amenazas. Las armas empleadas en su autofensa podrían ser pistolas cargadas con un tipo de munición que no provoque la muerte del agresor sino su sedación  inmediata, tal y como las que se emplean para capturar animales peligrosos. Además se ofrecerían cursos gratuitos para su utilización y entrenamiento. De este modo se cubre ese espacio de desamparo mortal entre la petición teléfonica de asistencia rápida y la llegada de los agentes. Cuando se estime que ha cedido la amenaza, el juez ordenaría su devolución y precinto.
Esta medida es ética y políticamente legítima al invocar derechos fundamentales como el derecho a la vida,  a la libertad y a la integridad física y moral, puestos en grave riesgo por la amenaza. El Estado no puede negar el derecho a sus ciudadanas a repeler una amenaza creíble contra su vida si no tiene medios suficientes para garantizar su protección. A lo que se une el hecho de que la iniciativa de autodefensa rompe psicológicamente con el esquema sexista que convierte a la mujer en víctima pasiva de su verdugo.
Los daños físicos al agresor serían escasos, pasando a disposición judicial y a prisión previsiblemente –tras despertar– por intento de asesinato. La certeza de que se dispone de un pequeño dispositivo en el bolso capaz de dejar dormido en el acto al más temible asesino (lo que es técnicamente posible), podría ofrecer cierto alivio para muchas mujeres, reduciendo sensiblemente su ansiedad y el grado de vulnerabilidad frente al ataque cuerpo a cuerpo de un rival armado, descontrolado y físicamente superior. 
 La aprobación de esta medida es por tanto solo una cuestión técnica, plausible con los medios existentes para diseñar el dispositivo de disparo, adaptado a las circunstancias de este tipo de situaciones y al perfil de las víctimas. Me parece necesario reclamar que la medida sea al menos experimentada a fin de determinar su eficacia en la reducción del número de muertes. Una sola mujer salvada  justificaría su inminente puesta en funcionamiento.

martes, 20 de septiembre de 2011

CANTO A LA ESCUELA PÚBLICA


Me recibiste con los brazos abiertos cuando apenas balbuceaba “mamá”, “ajo” o “pis”, cuando no sabía ni contar mis propios dedos y pensaba que el mundo tenía la diminuta extensión de mi familia.

Hasta recuerdo, no te ofendas, que te maldije al principio por creerme abandonado, alejado del tierno amparo de los míos. Pero no pasó ni una semana cuando en tu regazo ya empezaba a leer con alegría la gran novela del mundo, escrita en el misterioso orden de las letras.

Aprendí las figuras geométricas, el teorema de aquel griego malsonante y  unas cuantas operaciones matemáticas. Supe, gracias a ellas, que si me prometen cuatro y me ofrecen dos, pretenden robarme la mitad.

Yo no podía ir de vacaciones donde Luis, el hijo del rico que vivía en la calle Mayor, junto a la Iglesia, ni montar en el flamante deportivo de su padre. Su ropa era bonita y siempre nueva, y nunca le faltaban los caprichos caros. Además, el futuro apenas le inquietaba, sería gerente en la empresa familiar y mi jefe vitalicio, como su padre lo era de mi padre.

He de reconocer que sentía mucha envidia de aquel chico, que estudiaba en otra parte y sacaba unas notas excelentes (más tarde supe que su padre las pagaba cada mes con generosos emolumentos). Hasta que un fin de curso, me emociona recordarlo, te acercaste a mí escuela pública y, con el cariño de una madre dulce y exigente, me susurraste al oído: “si te esfuerzas y me dejas ayudarte él nunca sabrá cantar como tú a la primavera, ni dominará el hermoso arte de los versos, ni comprenderá la importancia de la Revolución francesa, ni podrá discutir con conocimiento de causa con pensadores como Nietzsche, Marx, Freud o San Agustín.”

Tal vez el otoño me pone nostálgico. Pero es que me llevaste en tu vientre veinte cursos desde junio a septiembre. Aprendí contigo a nombrar el universo, a descifrar las ecuaciones que componen el maravilloso orden de la vida, a sacar música de un trozo de madera agujereado y a reproducir con carboncillo la esbelta asa de un jarrón al fondo de la sala. Mostraste a mis pobres ojos de animal remotos quasares y lejanas galaxias, y me iniciaste, expandiendo mi inteligencia y mis órganos más allá de sus innatos límites, en la órbita mágica del pequeño electrón.

Por ti tuve un trabajo no esclavo, admiré los frutos de la civilización y recuperé la memoria –donde otros me ofrecían la suplantación y el olvido–. Impediste que el arrogante Luis fuera mi jefe hasta la tumba, y hasta el humor me lo refinaste de tal modo con las obras de Quevedo y Voltaire que pude derrotar al guaperas de Vicente, que competía conmigo, tan solo con torpes ocurrencias, por el corazón de la mujer que amo.

Y  te doy gracias, sobre todo hoy, escuela pública –cuando los lacayos de aquel rico de la calle Mayor quieren impedir a toda costa que hagas con otros lo que hiciste conmigo–, porque cuando estaba en la fila con el resto de los niños nunca me preguntaste quiénes eran mis padres ni cuánto tenían, sino qué necesitaba y hasta dónde estaba dispuesto a luchar por conseguirlo.

jueves, 15 de septiembre de 2011

GAMBITO SALARIAL. JAQUE A LA REINA COSPEDAL

Existe una táctica en el ajedrez denominada gambito, mediante la cual uno de los jugadores ofrece en sacrificio una de sus piezas a fin de conseguir una ventaja estratégica sobre el rival. Si al gambito le sumamos la evidencia de que en democracia, como se vio sobradamente en el caso de los controladores, los conflictos se ganan o se pierden ante la opinión pública, se vuelve digna de consideración una propuesta osada, que puede resultar chocante a primera vista, a mí mismo me lo resulta, pero que en este momento y en estas circunstancias podría resultar una  excelente jugada.
Me explicaré. La mayoría sospechamos que los actuales recortes en educación son tan solo la primera fase de una estrategia más ambiciosa, que pretende desmantelar la enseñanza pública en nuestra región en favor de la privada, a imitación de la Comunidad de Madrid. Como este objetivo no puede hacerse explícito, la Presidenta de la Comunidad utiliza dos eficaces coartadas para justificar los recortes: falta de recursos económicos y carácter privilegiado del colectivo al cual se aplican.
¿Cuál debe ser nuestra respuesta?
Sin duda y sobre todo la principal  consiste en informar a la comunidad escolar de un modo puntual y exhaustivo del impacto que sobre la educación de sus hijos tendrán las medidas adoptadas. Sólo de ese modo sabrán que lo que está en juego no es un conjunto de intereses corporativos de un colectivo socialmente privilegiado (como se quiere hacer ver) sino el futuro de un servicio público, cuya función es garantizar la autonomía personal, la formación laboral y la igualdad de oportunidades.
Medidas como encierros, concentraciones y sobre todo huelgas son importantes para mostrar la fuerza de nuestra indignación e impedir un previsible incremento de los recortes. El problema de estas medidas, si no van acompañadas de la que propondré, es que difícilmente serán secundadas de forma indefinida y mayoritaria, sobre todo la huelga, dado el efecto disuasorio de las pérdidas económicas personales que generaría. A lo que se suma el probable desgaste del ya mermado prestigio del colectivo de profesores ante una sociedad vapuleada, y no por nuestra culpa, por la crisis económica. Y finalmente la sospecha de que subyace un carácter partidista a nuestra confrontación.
Si este análisis es correcto considero que sería positivo dedicar unos minutos a contemplar la disposición a negociar con los responsables de la Consejería de educación de Castilla–Mancha un pacto por la educación pública en los siguientes términos:
La donación o préstamo temporal a las arcas públicas, durante uno o dos años como máximo, del porcentaje de nuestro salario necesario para acometer el coste salarial de los 927 interinos eliminados, una vez descontando el 70 % del subsidio de desempleo que de todos modos tendrían que asumir las arcas públicas a través de administración general del Estado (INEM). Lo que supondría entre el 1.5 y 2% mensual. Unos 45 euros brutos al mes.
La Junta tendría que comprometerse en su lugar a mantener el cupo de profesores sobre la base de 18 horas lectivas para los años próximos, buscando un modo alternativo de financiación, que perfectamente podría ser el impuesto de patrimonio valorado en 42 millones de euros. El compromiso, en suma, de no efectuar ningún recorte en educación durante la presente legislatura, manteniendo de ese modo los estándares actuales de empleo y calidad.
La sola iniciativa demostraría ante la opinión pública que los profesores no somos, como maliciosamente se nos quiere etiquetar, un grupo de privilegiados enfadados por trabajar un par de horas más mientras el resto de la sociedad agoniza, sino trabajadores  dispuestos a perder poder adquisitivo, y por iniciativa propia,  con tal de salvar la calidad de un bien público y el empleo de sus compañeros. El ofrecimiento destruiría en el acto la coartada de falta de recursos económicos. Y el mero gesto de tender la mano a quien nos quiere desalojar mostraría a las claras que no hay intencionalidad partidista en nuestra reivindicación.
Si la Junta acepta el órdago soportaríamos una pérdida mínima, no más del 2% de nuestro sueldo, durante un corto período de tiempo, inferior a la merma económica de varios día de huelga, devolveríamos la esperanza laboral a nuestros compañeros, y garantizamos la sostenibilidad de la educación pública en los próximos años.
Si no la acepta, que es lo más probable, se demostraría ante la opinión pública que la falta de recursos es solo la excusa, la tapadera políticamente correcta para encubrir un pérfido objetivo: la defenestración de lo público.
Sé que es una medida polémica y arriesgada, que lanzo al debate de las asambleas, infinitamente más sabias que yo. Recuerda en su hechura aquella imagen bíblica en la que Salomón ante las dos madres que litigaban por la maternidad de una criatura, decidió cortar a ésta por la mitad. La que prefirió perderla antes de que fuera seccionada demostró, por su amor, ser la verdadera madre. Es fácil extrapolar los términos bíblicos al actual contencioso.

viernes, 9 de septiembre de 2011

El crimen perfecto. El asalto a la escuela pública en once pasos.


Paso 1.  La justificación: Las cuentas de la Comunidad Autónoma están en situación terminal, al borde de la quiebra, por la pésima gestión del gobierno socialista. No tenemos más remedio que efectuar recortes traumáticos.
Mentira del paso 1. Es cierto que es muy elevado el endeudamiento, pero se podrían incrementar ingresos en vez de reducir gastos, bastaría con disminuir el fraude fiscal en la región, crear un impuesto de donaciones o patrimonio, etc., además de eliminar otros gastos con menor impacto. No es una cuestión de necesidad sino de prioridades.

Paso 2.Es preciso reducir los gastos sociales, empezando por la educación.
Mentira del paso 2. La educación no es un coste sino una inversión, y más necesaria que nunca en un momento de crisis donde es urgente modificar el modelo productivo. El conocimiento es el principal factor de riqueza en el mercado global.

Paso 3. Aumentando en dos horas lectivas el trabajo de los profesores nos ahorramos miles de puestos de trabajo.
Mentira del paso 3. A esos miles de puestos de trabajo hay que pagarles el subsidio de desempleo, se dilapidan los costes de decenas de años de formación desembolsados por sus familias y el Estado, y se les veta la posibilidad de consumir, lo que repercutirá en la demanda. Se priva a la escuela de un recurso y se deja al “recurso”(personal interino) sin recursos.

Paso 4. Los costes del paro se los trasladamos a través del INEM al Estado central gobernado por los socialistas.
Mentira del paso 4. El desempleo lo pagan también los ciudadanos de Castilla–Mancha con sus impuestos.

Paso 5.  Ante previsibles protestas se estigmatiza públicamente a la víctima: “son vagos y privilegiados”. Lo que despierta la simpatía casi unánime de la opinión pública, que así puede desahogar su frustración con un chivo expiatorio más asequible que los especuladores y banqueros causantes de la crisis.
Mentira del paso 5. Los profesores no tendrían inconveniente en trabajar dos horas lectivas más si con ello se mejorara la calidad de la enseñanza, ya que de todos modos habrán de cumplir las treinta y siete horas y media que marca la ley. Lo que se les exige, en cambio, es aumentar dos horas lectivas para  con ellas amortizar a sus compañeros, disminuir la plantilla y empeorar el servicio que ofrecen a los ciudadanos. El profesor no es el enemigo. La prueba es que algunos estudios cifran en un 73% los docentes que están en riesgo de padecer ansiedad o depresión debido al clima de tensión y falta de autoridad que se respira en las aulas. 

Paso 6. El mejor momento para asestar el golpe mortal es antes del inicio de curso, de ese modo se descarta el riesgo de que se articule la resistencia desde dentro. La amenaza de huelga desaparece. Más si se suma el desmantelamiento exprés del aparato sindical tras la erosión prolongada de su credibilidad.
Mentira del paso 6. Esa decisión genera el caos en los centros y tira por tierra el trabajo de los equipos directivos. El personal interino, al que se le había dado destino provisional hace una semana ve frustrado de pronto todo su proyecto vital y no se le deja ni siquiera la cortesía de un año para dar un giro laboral a su vida. Los sindicatos han cometido graves errores pero su desprestigio generalizado forma parte de una eficaz estrategia para limitar el poder de la clase trabajadora.

Paso 7. Se compra el silencio de los profesores y su colaboración en la liquidación laboral de sus compañeros con el anuncio de una improbable compensación de las horas.
Mentira del paso 7. Es un regalo envenenado, que desactiva la solidaridad a corto plazo, y que se inscribe dentro de una estrategia más ambiciosa de eliminación paulatina de lo público.

Paso 8. Se convence a la población de que la medida, además de necesaria, no afectará a la calidad educativa. Con la esperanza de que los padres y la sociedad se acostumbrarán progresivamente a un lento deterioro de la escuela, como las ranas al agua caliente cuando los incrementos de temperatura son moderados y constantes.
Mentira del paso 8 Las medidas disminuyen gravemente la calidad del servicio al atender a los mismos niños con una importante reducción  de recursos humanos. El objetivo a medio plazo es evidente: volver más atractiva la educación privada y concertada (50% en la Comunidad de Madrid, que sirve de modelo). A estas medidas seguirán desgravaciones fiscales a las familias que opten por los centros  privados, reducción de becas, pérdida de la gratuidad de los libros, dotación de suelo y transferencias de recursos directos e indirectos del Estado hacia el sector privado.


 Paso 9. Se eliminan interinos, se congelan las oposiciones y la oferta de empleo público de forma provisional. Así se logra rebajar el déficit y mejorar las cuentas. Pero la intención es mantener esta congelación indefinidamente, aunque haya acabado la crisis.
Mentira del paso 9. La verdadera finalidad de las medidas adoptadas es  reconvertir el máximo posible de funcionarios en asalariados (mutar servicio público en negocio),  rebajando de ese modo los impuestos en favor de los beneficios y destruyendo la independencia de un colectivo, hasta ahora blindado laboralmente, al poder de  los empleadores. El poder económico logra así doblegar aún más al poder del Estado.

Paso 10. Tras defenestrar lo público y suprimir, por doctrinarias, las horas de ciudadanía, se potenciarán los conciertos privados para garantizar el derecho de los padres a elegir el ideario de sus hijos.
Mentira del paso 10. La libertad de los padres les importa un bledo, es tan solo una excusa. Al transferir el alumnado de los centros públicos a los concertados se busca eliminar la pluralidad natural del profesorado, que favorece el libre intercambio de ideas, y someter a las nuevas generaciones al control ideológico de la Iglesia.

Paso 11. En varias legislaturas se alcanza el sueño liberal–conservador: una población asalariada con contratos precarios y miedo a perder el empleo; una vasta red de autónomos y emprendedores, en régimen de autoexplotación, identificados con el libre mercado; los jóvenes de clase media poblando las misas de los domingos por la mañana; y los hijos de  inmigrantes y clases bajas recogidos en escuelas públicas de pésima calidad para que nunca tengan la oportunidad de escapar a su posición social subalterna.
Mentira del paso 11. Las minorías pudientes, formadas en prestigiosas y exclusivas universidades de élite, gobernando para siempre.  




Activista desolado

Primero se llevaron a los judíos, pero aunque yo no era judío, me sumé a su reivindicación.

Luego se llevaron a los obreros, y aunque yo no era obrero, me agregué a su reivindicación.

Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero aunque yo no era intelectual, me entregué a su reivindicación.

Después siguieron los curas, pero aunque yo no era cura, me añadí a su reivindicación.

Ahora vienen por mí, pero ni judíos, ni curas, ni obreros ni intelectuales acuden en mi auxilio. Aunque nunca es demasiado tarde…


A Jacobo, activista y profesor interino de Castilla-Mancha, y a quienes se dejan el pellejo en todas las luchas recibiendo como pago la indiferencia.

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿CABRÓN O TOLERANTE? El despuntar de la sexualidad femenina.



Si tu mujer, esposa o compañera, que a veces no sabe uno qué palabra utilizar, tras diez años de convivencia, e inoculada con una docena de capítulos de Sexo en Nueva York, te insinúa que le gustaría flirtear con otros hombres o, incluso, abrir la pareja a esporádicos encuentros sexuales con terceros, son dos las formas principales de enfrentarse a tan atrevido órdago por parte del varón contemporáneo:

La primera es ya un clásico: el macho ibérico de toda la vida. Éste, saltará de su asiento preso de una rabia asesina,  juzgando a su pareja como  furcia y casquivana,  agarrándose al “mí” de “mí mujer” con el mismo derecho que  el especulador a sus acciones o el señorito  andaluz a su cortijo.  Desconcertado no parará de repetirse ¿Cómo puede estar insatisfecha con un experimentado semental como yo, entrenado, por su bien, en todos los prostíbulos de la ciudad?

Este macho, promiscuo con las extrañas y violentamente posesivo con la propia,  encarna el modelo de pareja tradicional, alentado de forma apasionada  por las catequesis prematrimoniales del padre Loring. Su  talibánica virilidad se sentirá fácilmente amenazada por el más mínimo atisbo de sexualidad femenina. Complacer a su consorte lo convertiría en un cabrón: “el que consiente el adulterio de su mujer”, un cornudo y público hazmerreir cuyo honor puede ser afrentado por cualquier macho que se precie y, paradógicamente, si llegara a enterarse, por su propia madre.

El segundo modo de encarar tan delicada propuesta, aunque con múltiples variantes, es el que denominaré macho liberal, abierto a un equilibrio flexible entre la promiscuidad inherente al deseo -el que afirme que jamás ha deseado a alguien que no sea su pareja o miente o es un neurótico-, que nos hace mirar con codiciosa curiosidad lo que está más allá de nuestro jardín; y el deseo de seguridad afectiva, que nos hace temer a los intrusos que amenazan saltar la valla. Tratará de ponderar dos impulsos naturales: libertad y sosiego, novedad y relajada rutina, gusto por el mariposeo y celos.

 Admitirá igualmente la reciprocidad y autonomía de hombres y mujeres en derechos carnales; y aceptará, en consecuencia, negociar con su pareja la mejor manera de atender esa curiosidad sexual sobrevenida, que para nada pone en peligro la solidez de su amor. Antes bien, verá la sugerencia como un acto de confianza, un reto que puede aumentar la complicidad entre ambos y disminuir, por su franqueza, el riesgo de adulterio. Lo detestable no es el sexo extraconyugal consentido sino el engaño, en el que siempre pierde el más honrado.

Si ella se divierte al ser cortejada por pretendientes virtuales en los múltiples chat de contactos, si acude ocasionalmente con amigas a discotecas donde es alagada por apuestos galanes, recuperando de ese modo ese saludable y evasivo coqueteo adolescente, no se sentirá tan solo amenazado, sino feliz de que quien ama disfrute, gracias a su tolerancia, del máximo de libertad posible. Complacer a su mujer lo convertirá en un varón liberal, respetuoso de la sexualidad femenina y con derecho a disfrutar pactadamente y sin culpa de la propia.

Existen sin duda infinidad de variantes intermedias y si he elegido las más extremas es para que se evidencie mejor los revolucionarios cambios en curso en lo que respecta a modelos de relación. Es evidente que no soy neutral al respecto. Educado en el salvaje hábitat del macho ibérico, avanzo como a tientas en un nuevo proyecto de hombre y de pareja. Tal vez tanta audacia me conduzca al fracaso, pero al menos siempre me quedará la satisfacción de haber fracasado con mi propio guión.






Nota: Para los nostálgicos del macho ibérico recomiendo encarecidamente  este vídeo de tres minutos del padre Loring en torno a la virginidad femenina. Autor del famoso best sellers Para salvarte (ellas), con el que se educó mi generación, se ha convertido para mí, y  a su pesar, en uno de los mejores humoristas de todos los tiempos. http://www.youtube.com/watch?v=rVU77c7pkEg&feature=related.


jueves, 1 de septiembre de 2011

- LACAYOS DE LA USURA



Estimados ciudadanos.

Una parte, escasamente publicitada, del texto que reformará la Constitución española dice literalmente: “Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. Estos créditos no podrán ser objeto de enmienda o modificación, mientras se ajusten a las condiciones de la Ley de emisión.”
                                                          
Sí, han leído bien lo que nuestros políticos acaban de jurar a los mercados: prioridad absoluta y condiciones innegociables frente a cualquier otra carencia de la población. Y quieren hacerlo rápido y en el más alto rango para que quede fuera del debate político, maniatando para siempre la soberanía popular. ¿Qué juicio merece tal decisión?

¿Qué pensarían de unos padres que firmaran un documento en el que, para tranquilizar a su banco, se comprometieran a dar prioridad, aun en caso de ruina familiar, a los pagos mensuales de la hipoteca –de amortización e intereses del crédito– antes que a subvenir las medicinas, el agua, el abrigo, el alimento o el techo de quienes, como sus hijos y ancianos, están bajo su custodia? 

 Imaginen el siguiente diálogo: “Papá tengo frío”. “Lo siento hijo, pero antes que tú están las entidades financieras.” “Papá, tengo hambre?” “Lo lamento hijo, el único dinero que me queda es para pagar intereses.”.  No hay ni pizca de demagogia en este diálogo imaginario. La preferencia absoluta del lucro sobre la necesidad, de la codicia sobre el interés general acaba de ser sancionada por la Constitución española.

¿Qué deberían pensar los ciudadanos si sus gobernantes, secuestrando su capacidad de decidir, modifican las reglas constitucionales para firmar un documento por el que se obligan, en su nombre, y aun en caso de grave crisis económica, a  pagar a los prestamistas antes que atender las jubilaciones de sus ancianos, la salud de sus enfermos, la educación de sus jóvenes o el subsidio de sus parados?

 Si mi interpretación del texto es correcta, como por desgracia es, ¿les queda aún alguna duda sobre el status que ha adquirido el  "soberano pueblo español", y quienes lo integramos, tras la aprobación de la reforma? Un enorme e indigno lameculos de banqueros y especuladores.

Esa es ahora nuestra condición si un milagro no lo impide. Pero ese milagro, que se llama referéndum, probablemente no ocurrirá. Ya se han ocupado los lacayos de la usura, nuestros represerviles, de hacer las cosas de modo que la voz del pueblo no turbe el dulce sosiego del capital.