domingo, 22 de enero de 2012

Ausencia de futuro. La fotografía de Robert and Shana Parkeharrison




Seres desorientados, perdidos y solos en medio de la bruma, buscando ciegamente no sé sabe qué, de forma azarosa, sobre un entorno esquilmado, empobrecido, carente de color.
Así expresan Robert y Shana Parkeharrison, mejor que podría hacerlo ninguna reflexión,  la fragmentación social, falta de horizontes y colapso ecológico que amenazan al hombre actual. Metáfora de la desolación lograda mediante la predominancia de negros y grises; la imprecisión de las figuras y el desorden fortuito de sus posiciones respectivas; el dinamismo de los cuerpos que vagan errantes, sin dirección, por el espacio vacío; la formalidad del atuendo en contraste con lo banal de la búsqueda; el carácter homogéneo y desértico del suelo sobre el que caminan, que pareciera tierra quemada.

lunes, 16 de enero de 2012

¿PARA QUÉ LUCHAR?

                                                     A los que siempre luchan
                                                                  y nunca logran.
                                                                 Pero nunca fracasan.


Volvía triste, inmerso en la derrota, tras manifestarse
por una causa noble,  cualquiera que esta fuera da lo mismo.

 Volvía de comprobar que la justicia agoniza
por falta de adeptos,
que la tiranía es un código de barras cuya clave ignoramos.
          No es fácil oír decir a un hijo que rebelarse es inútil,
que no merece ser la flecha que yerra su blanco,
el gesto que apenas transforma y casi nadie secunda.

Y desear explicarle que ser útil no es con todo la razón del combate.
Que no resistir es tanto como declararse súbdito.
Que luchar es honrar un valor que brilla más contra todo pronóstico.
Y que el gesto que parece imposible, en alguna ocasión configura el milagro.
                                                             

viernes, 13 de enero de 2012

EL MENSAJE DE UN NIÑO DE CHERNOBIL
















– Papá, no olvides decirle al Alcalde de Villar de Cañas, a la mayoría de sus vecinos y a Dolores de Cospedal, que yo también contribuí en su día a mejorar las arcas públicas y a obtener algunos puestos de trabajo. 

lunes, 2 de enero de 2012

El ALCALDE RADIACTIVO DE UN LUGAR DE LA MANCHA DE CUYO NOMBRE NO QUIERO ACORDARME…


.  


    No entraré en el viejo y prolijo debate sobre la pertinencia o impertinencia del uso de la energía nuclear para fines civiles. Me limitaré, en aras de la claridad, a señalar lo obvio.

1.               La energía nuclear posee tres características inconfundibles. La primera es que cuando entra en contacto con el tejido vivo lo destruye y altera de forma irreversible, desencadenando monstruosas malformaciones y tumores. La segunda, que sus residuos se mantienen activos durante cientos en incluso miles de años. La tercera, que su forma de contaminar es imperceptible a los sentidos. Así que siendo la vida frágil, caduca y sensible es la energía nuclear letal, longeva e incorpórea. Nada tiene de extraño que lo que es por esencia contrario a la vida despierte un sentimiento natural de horror y repugnancia.

2.                Que el futuro es por principio imprevisible, lo que implica que por muy eficientes que sean los sistemas de control y seguridad utilizados para exorcizar los peligros nucleares, jamás podrán prevenir ni responder a todas las amenazas posibles, como ha demostrado sobradamente la experiencia de Chernobil y Fukushima. Pretender excluir del almacenaje de residuos radiactivos el riesgo de accidentes, sabotajes, incapacidad de mantenimiento por ruina económica, meteoritos, tsunamis, seísmos, guerras, etc.,  bajo la hipótesis, formulada en el presente, de su absoluta seguridad, solo demuestra el grado alarmante de prepotencia y estupidez humana.
                  En el caso que nos ocupa, el peligro mayor no radica según los expertos en el propio cementerio sino el continuo trasporte y trasiego de residuos desde las centrales al almacén, lo que convertirá a nuestra región, y concretamente a Cuenca, en un espacio altamente peligroso. El impacto económico que tendrá sobre sectores como el turismo o la venta de nuestros productos agrarios y ganaderos en el exterior está por determinar. Todo lo que se relacione o asocie con el vertedero nuclear quedará definitivamente devaluado.

3.               Dadas las premisas anteriores parece evidente que nadie en su sano juicio querría hipotecar con un riesgo semejante el futuro de su familia, de su comarca y de sí mismo.  Salvo, lógicamente, que confluyeran dos poderosas razones. La primera es que se trate de un colectivo de ingenuos o alguien predispuesto por algún motivo a dejarse embaucar. Lo que hace recaer todo el peso sobre la segunda condición: que estemos hablando de unos pobres desamparados, víctimas del paro, la despoblación y el subdesarrollo, a que ha conducido el infame olvido de las zonas rurales por parte de los sucesivos gobiernos. Gobiernos que tras olvidarse del pobre en el banquete ahora se acuerdan de él para premiarlo con los desperdicios.
                  Tal vez por ello el júbilo del alcalde de Villar de Cañas y de gran parte de sus vecinos al conocer la decisión, como si les hubiera tocado el gordo de la lotería, lejos de generar simpatía produce lástima y vergüenza ajena, como la que produciría ver a una bella joven del tercer mundo fornicando por dinero con un occidental calvo y barrigón, a dos etíopes peleando por medicamentos caducados o a un indigente festejando la basura hallada en el contenedor de la casa de un rico el día de Nochevieja.  La decisión del Ministerio de industria supone una humillación para Cuenca y para el campo español en su conjunto.

4.               Más ofensivo es el silencio y la complicidad de quienes debían protegernos. Me refiero expresamente al gobierno del partido popular y a nuestra Presidenta castellano manchega Dña. Dolores  de Cospedal, que ha tolerado que el candidato que ocupaba el cuarto lugar, el menos apto desde el punto de vista técnico, haya sido el desafortunado ganador. Lo que solo puede obedecer a dos motivos. O que la cadena de presiones políticas se haya roto por el eslabón más débil– se ha sacrificado a Cuenca en aras de Valencia o Cataluña– o que quien ha consentido semejante agresión a sus ciudadanos haya recibido, no sabemos todavía en qué términos políticos, parte del soborno.  


Nota: el concepto de soborno no pretende imputar la comisión de un delito sino denunciar el deshonroso acto de obsequiar con dádivas -económicas o políticas- la voluntad de alguien,  para que asuma un perjuicio que de otro modo no estaría dispuesto a consentir.