Una vagina en cada puerto
Inconfundible brújula,
que como solitario cíclope
frecuentas los sombríos y húmedos parajes.
Más ácrata que Bakunin,
no conoces Dios ni amo,
que a todos miras de frente con tu solo ojo de
Polifemo salvaje
.
Susceptible tan solo, como un can,
a la caricia
de manos y
orificios vegetales.
No existe para ti hembra infame.
Tu avidez la multiplica,
ancestral foto-shop,
como Cristo los panes y los penes,
en hermosa ninfa de ojos otoñales.
La multitud utiliza mil palabras
por temor a nombrarte:
Polla, picha, pito, flauta…
Ambiguos e imprecisos genitales.
Por ti soy navegante.
No hay tierra que te detenga
ni cobijo que te amarre.
Siempre necesitas.
Verga insaciable.
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