Entre tu risa y mi risa
habita un dios ligero
que nos hace cosquillas.
Y hasta, a ratos, parece
que el paraíso,
avecilla suspicaz,
se dejara coger sin asustarse.
Entre tu risa y mi risa
se desliza un duende azul
que acaricia nuestro sexo.
Fogoso y juguetón
se desborda
como manantial de labios
en la alcoba.
Entre tu risa y mi risa,
el milagro, de tan habitual,
ni siquiera sorprende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario