Hoy es uno de los días más felices
de mi vida. El entusiasmo, ese fuego celeste que nos eleva en ocasiones por
encima de nuestra condición mortal, vuelve a juguetear con mi alma como en
aquellos años de juventud. Un numeroso grupo de personas, de ciudadanos
corrientes, al que probablemente se unirán otros más, en una modesta comarca
manchega, hemos decidido ponernos en marcha en dirección a utopía, llevar a la
práctica la sociedad con la que siempre soñamos, dando de ese modo un cauce
creativo, y no solo amargo, a nuestra indignación.
Aunque pasen muchos años, el 26 de
mayo de 2012 tendrá siempre el privilegio en mi memoria de ser el día de la
primera asamblea de la cooperativa integral. En ella se discutieron y aprobaron
por unanimidad los principios fundacionales, los cimientos de un nuevo orden justo
y sostenible, con arreglo a los cuales realizaremos de inmediato un proyecto
económico viable: un supermercado ecológico que permita simultáneamente ejercer
un consumo crítico y generar iniciativas de empleo para los socios.
Somos conscientes de que han sido
muchos los crímenes cometidos a lo largo de la historia en nombre de grandes
ideales. Pero no hay mayor crimen que ahogar, por renunciar a ellos, la esperanza legítima de los
pueblos de labrar un futuro mejor, desconfiar ciegamente de nuestro poder para transformar lo existente.
Estos
son los principios aprobados de forma asamblearia. Definen las bases de un
modelo económico justo, del que la cooperativa integral sería su unidad básica
de producción y consumo. Dicha cooperativa es una entidad soberana, no
vinculada a partido o sindicato alguno, sino tan solo a sus principios y
estatutos.
1. Los ingresos deben ser proporcionales al trabajo realizado y no al capital invertido.
2. Quien trabaja debe determinar de forma significativa sus condiciones laborales y el destino de lo producido.
3. Las únicas formas legítimas de llevar a cabo una iniciativa económica son mediante cooperación con otras personas o de forma autónoma, nunca a través del trabajo de terceros.
4. Lo que se consume ha de ser compatible con la preservación del medio ambiente y los derechos de las futuras generaciones.
5. La felicidad no se basa en el nivel de consumo sino en el desarrollo de las capacidades humanas.
6. El fin de la economía es satisfacer las necesidades de las personas de forma justa y eficiente, no aumentar la tasa de beneficio.
7. En una sociedad madura una parte creciente de los intercambios escapan al mercado, es decir, se basan en la economía del don, donde cada cual aporta lo que puede y recibe lo que necesita.
8. Los derechos de seres vivos y animales deben ser respetados.
9. Todos los trabajos socialmente necesarios son equivalentes en valor, siendo la asamblea quien determine los contenidos concretos de esta equivalencia (tiempo, calidad, rapidez, compensación de cargas, etc.).
10. Los bienes y servicios producidos deben poseer la máxima calidad y duración técnicamente posible.
11. La publicidad debe ser sustituida por una información crítica y veraz que no pretenda manipular ni inducir al consumo.
12. Las necesidades básicas deben están cubiertas para todos de un modo público y gratuito.
13. Los créditos para financiar una iniciativa económica han de obtenerse en función de su viabilidad económica e interés social y no exclusivamente por los avales de que se dispone.
14. Las relaciones entre las personas deben ser prioritariamente de cooperación y no de competencia.
15. Es un deber de todos evitar los intercambios desesperados, basados en la necesidad.
16. El trabajo ha de repartirse, no debiendo ocupar más de treinta y cinco horas semanales, para hacer posible tanto la conciliación familiar como el ocio creativo.
17. No se deben adquirir bienes en cuya
producción haya concurrido explotación de seres humanos o daño al entorno
natural. Tampoco los que generen riesgo para la salud.
18. La identidad sexual no debe condicionar el tipo de actividad a desarrollar ni la cuantía de las recompensas obtenidas.
19. Nadie debe ser excluido por no tener un trabajo remunerado, la pertenencia social se adquiere por la condición de personas y ciudadanos.
20. Los servicios libremente ofrecidos deben
realizarse con la máxima calidad y rapidez, y el mínimo coste para el cliente.
21. No es lícita la especulación, es decir
obtener un beneficio mediante la mera compraventa de bienes de cualquier tipo
(financieros, inmuebles, etc.) sin la mediación de un trabajo.
22. Se ha de buscar el consenso antes que la mayoría.
23. La asamblea es la depositaria del poder legítimo de la cooperativa, debiendo minimizarse hasta donde sea posible el poder de los cargos representativos, que tendrán el carácter de portavocías con mandatos específicos, revocables en todo momento.
Nos declaramos utópicos pero no ilusos, gestionaremos nuestro viaje a Ítaca con prudencia y humildad. El futuro no está escrito y a buen seguro deparará errores y fracasos. Asumimos
anticipadamente la responsabilidad de todos los fracasos, la autoría de todos
los errores, pero nada ni nadie podrá sofocar nuestra amorosa determinación de mejorar
el mundo que nos ha tocado en suerte.
"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar."Eduardo Galeano
No hay mayor SATISFACCIÓN que trabajar con PASIÓN en un proyecto en el que CREES y que podría formar parte de la semilla que CAMBIE EL MUNDO. Satisfacción personal, pasión por la vida, fé en uno mismo y en un proyecto que mira al futuro con ojos honestos y limpios, cambiar el mundo.... ¿Se puede pedir más?
ResponderEliminarVamos a ello.
Raquel.