sábado, 24 de marzo de 2012

OKUPACIÓN VEGETAL DE LOS TERRENOS DEL ATC

 


Puesto que el cementerio nuclear de Villar de Cañas supone la desprotección del derecho a la salud –que es puesto gravemente en riesgo– a cambio de dinero, hagamos una afirmación gratuita de la vida en contra de la lógica del mercado y del Estado. Estoy proponiendo una ocupación pacífica de los terrenos destinados a la ATC,  anunciada con antelación en los medios para que se convierta en un desafío público a todo el proyecto nuclear. La expectativa de un acto de desobediencia civil aumentará probablemente la repercusión mediática de la acción y concederá al conflicto la relevancia que merece.
La ocupación tendría como fin la plantación comunitaria de encinas, retamas y tomillos –un arbusto por ocupante– que expresarían de forma vegetal nuestros valores de amor a la tierra en general y, por su carácter autóctono, a nuestra tierra manchega en particular.  Con las plantas utilizadas se podría dibujar de forma coordinada sobre el terreno algún tipo de consigna reivindicativa, susceptible de ser fotografiada desde el cielo y colgada en la red como expresión de la lucha conjunta en favor del medioambiente.
Al suponer una transgresión puntual del derecho de propiedad, mostraría el salto hacia una estrategia de mayor firmeza y contundencia en nuestros gestos de protesta, dejando clara nuestra determinación de no ceder hasta lograr el abandono total de la iniciativa por parte del gobierno. La invasión pacífica y calculada de una finca destinada a almacén de residuos radioactivos evidenciaría, asimismo, que el derecho de los propietarios y de los poderes públicos  está  generando un perjuicio contra bienes más fundamentales, como son nuestra salud y la de nuestros hijos, amén de la supervivencia económica de nuestros pueblos y ciudades, que merecen ser protegidos prioritariamente sobre aquellos.
Al no tratarse de un espacio vallado la acción no podría ser imputada como delito. Mas teniendo en cuenta que no solo no se daña el bien ocupado sino que se incrementa su valor con la plantación.
Al día siguiente que lo arrasen si quieren, que lo destruyan todo. Su acto será tan simbólico como el nuestro.

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